Tuesday, July 3

Me gusta escribirme

Me gusta escribirme en papel, en tinta mojada por el café con raspado de chocolate y un poco de humo ahogado en mi garganta, mientras el día pasa con las miradas ajenas sobre mi, sobre mi rebelde comportamiento de romperme y quebrarme ante el cielo que se ve cuando expulso el aire contaminado de mi bocanada al cilindro nicotinoso; sobre mi cara al escribirme junto al paladar agonizando por un sorbo de amargo y pálido café.


Me gusta escribirme en mi corazón cada vez que intento no marearme con cada aspirada, y me muevo para intentar verte entre la multitud de rostros consumidos por el fervor del cansancio y el estancamiento de sus vidas, el reproche de un día de no más de tres líneas y unas cuantas palabras sueltas; me muevo para intentar aclarar mi vista hacia tu rostro que se acerca más y más y te encuentras con el mío, pero estas perdido al igual que yo; estamos perdidos, inmersos en el aire que no nos acaba, nos tienta a seguir nuestros caminos y a imaginarnos sórdidos frente al desvío momentáneo de un minuto, del tiempo cercado por el temor a perder.


Me gusta escribirme pensando que algún día todo acabará, y que me terminaré escribiendo sobre un trozo de servilleta escondida bajo un plato manchado, estrujado por el sudor de una taza no consumida, de un sentimiento no tragado ni expresado; me gusta escribirme pensando que algún día, el inicio se transformará en final y que el tiempo no acabará, que el tiempo me mirará y me dirá, me abrazará y me dirá, me besará y me dirá que no hay que temer, porque no se irá, no me abandonará.


Ahora, me gusta escribirme dentro de mi compañía, junto a un trozo de café hundido en agua, junto a un cilindro hundido en mis labios y la bocanada de aspiración y expiración que se transforma en el necesario para marearme, e irme y encontrarme con alguien que extraño, alguien que amo, alguien en quien no dejo de pensar, ni puedo olvidar, alguien que me debe de acompañar y me debe aclarar mis dudas, me debe escuchar y se debe sentar conmigo cada vez que necesite llorar; alguien quien no me puede dejar de leer mientras me escribo, porque lo hace conmigo.

1 comentarios:

Bug said...

Me imaginé como si algun día fueras un mendigo psicotico. como los que hay en bellas artes. Y que serías uno que dormiría en una esquina, y que escribiría en las paredes y en todo lo que tenga al lado. y serías como 'el loco escritor'
Y serías barbón, y comerías espuma.
Y tendrías el síndrome Peter Pan.
y serías una bonita pero triste historia.
una como de las que tú mismo escribes.

 
Template by suckmylolly.com