Monday, September 29

Manifiesto (extracto)

Estamos atascando esta soledad omnipotente a la punta de nuestras lenguas, deteniéndola entre los dientes, apretando su silueta y disolviendo los extremos hacia la garganta, porque los rincones están vacíos en la noche, en la espera letárgica del cielo que oscurece sus bordes al extinguirse las nauseas.

Estamos olvidando las armas con que clavábamos las paredes cuando amargamente nos deteníamos bajo el fuego de unas palabras cualquiera, nos dejaba golpeados el rostro con el aire, sintiéndonos organismos de una versión censurada de nuestras heridas.

Estamos pariendo nuestras ansias, quebrándonos las huellas mientras las luces recorren en sentido contrario las pestes ajenas, y se desarman suturadas en escombros agonizantes bajo las nubes que cosen su piel.

Estamos arrastrando las perdidas en esas tumbas rellenas de concreto, de huesos que alguna vez hilvanaron la piel en un amanecer a la fuerza, en unas caídas agitadas con rompimientos circulares entre las marcas, con torrentes de saliva secando los ojos y maltratando el cuero.

Estamos encerrando las palabras al tacto, ahuyentando las vocales, ahogando los sustantivos a la carne y dejando que el verbo nos coma el día que ya no nos queda, como si esta soledad omnipotente nos cubriera de hiel las llagas y nos arrastrase a un submundo fétido de alegrías momentáneas, de estupefacientes sonriéndonos la lejanía.

Estamos rasurando los dedos dejando sus costras a la orilla de un caminar, tambaleando esta ciudad atrofiada de tragedias perdidas, exhaladas en las calles por el sudor, por la rabia malnacida de la perdida de metáforas y conceptos inexistentes, de simulacros en tu cama, en tus sábanas, en tus manos cuando la sequedad decía basta, y me rozabas con aspereza la carne.


Tuesday, September 23

He dejado de creer en el amor

(y su concepto metaforizado)


He dejado de creer en el amor

y sus ansias en mi cuerpo,

sus arcadas invisibles sobre mis manos,

sus pedazos rotos de otros agonizando

marcando las grietas en las calles,

suturando las faltas por las noches,

imaginándome descalzo en aquel impedimento.


He dejado de creer en el amor

y sus lazos acuosos sobre mis oídos,

cuando el encierro se vuelve materia

y la materia se vuelve cuerpo,

y el cuerpo se esconde de lo enfermo,

maltratado, sofocante; delirio.


He dejado de creer en el amor,

dejando huellas en el cuero,

en las yagas que atascan las sábanas

y vuelven a revolcarse;

frígidas bajo la luna,

fútiles sobre el andar,

toscas clavándose en la tierra

y excavando imágenes con el puño,

dejando que el viento ahogue los restos.


He dejado de creer en el amor

cuando la necesidad es más posible

y los aromas decoloran mis infracciones,

dejando carencias en esta escritura,

ausencias en mis voces,

quiebres en estos recortes de patria

de mis fragmentos recorriéndome toda la estructura olvidada,

porque éste cuerpo ya no me pertenece,

ni mi lengua, ni las costuras de estos límites,

de estas desviaciones lastimadas


Este cuerpo no me pertenece

cuando digo que he dejado de creer en el amor

y su concepto como metáfora,

como surco en el cielo,

como palabra utilizada,

como lugar para cercar mi apetito,

como último recurso para hundirme

y pensar que éste cuerpo

es la consecuencia de aquella huída,

de aquel desgarro siniestro,

de los colores fríos de mi invierno,

de una democracia que no supo perdonarme

y de ésta ciudad que ahoga sus miembros en mi espalda


He dejado de creer en el amor

cuando digo que éste cuerpo no me pertenece,

ni sus conceptos como metáforas.

Si usted tiene ganas de llorar
Si usted tiene ganas de morir de amor (pero no tiene fuerzas para hacerlo)
No vea el siguiente link

Pero si usted NO tiene ganas
vea el siguiente link
y de seguro le darán ganas de llorar y de morir de amor(aunque no tenga fuerzas para hacerlo)

Bangkok Love Story

Monday, September 22

Cuerpos

(mi enfermedad)


One must strain off what was

personal and accidental in all these

impressions and so reach the pure fluid,

the essential oil of truth.

(A Room of One’s Own – Virginia Woolf)



Los cuerpos atraídos por el sudor de los encuentros se tornan estímulos momentáneos que saborean toda la ruptura estancada en las manos; se dejan lamentar sus cicatrices primeras y se abren cuando el tiempo se hace excusa para hilvanar todas nuestras palabras al oído.

Los cuerpos encuentran salidas equivocas al intentar irrumpir el papel, y toman un color blanco-negro dejando de lado las lenguas, formando momentos al vacio, respiros ahogados en cada paso que cortan con el andar.

Los cuerpos son todas las mujeres y la novela con que se escriben, con que se sangran los dedos al abrir cada recuerdo buscando ennegrecer esas heridas que hacen volver.

Los cuerpos son hundimientos silenciosos que apagan los olvidos en su piel y se tragan las miradas en las marcas, en las bocas prohibidas de necesidad.

Los cuerpos son todas las huellas que trae esta enfermedad que no se borra con cortes en los brazos, ni con hundir las uñas en las pieles ajenas, ni con maltratar el amor hasta dejar seco mi país.

Los cuerpos son la democracia de mi cuarto, porque de aquí es donde yo me recojo y me armo a pedazos en cada hilo que extraigo de mi cama, al dormir, al soñar, al vencer mis pieles bajo el frío que se atasca en las sábanas.

Los cuerpos se transforman en referencias inexplicables, fragmentando las noches donde la necesidad se oscurece en las piernas y recorre los bordes extintos. Aquí es donde los cuerpos humedecen sus grietas y abren sus esquinas para derramar la imposibilidad de vencer su enfermedad, la imposibilidad de vencer todos esos roces en los espacios negados, donde los pelos gritan el hambre de los toques, de la fuerza, del desprecio.

Los cuerpos se vuelven letras cuando mi mano tienta a estructurar cada sitio recorrido por mi saliva, cada silencio oculto por mi piel, cada roce estancado en toda mi agonía de perdida; en este luto material de esta maldita enfermedad que no se quita, porque aquí es donde los cuerpos son tiempo, y el tiempo es hambre y aspereza, y el tiempo es el simple recorrer de mis ojos al cielo al encuentro de esta espera, de este escribir irrompible y deshecho, de este cuerpo enfermo.

Los cuerpos no son más que faltas extraídas de mis abandonos, de recuerdos cegados al hablar, de imágenes descompuestas en sueños, de lazos agrietados por el viajar. Son palabras atascadas en mi piel que transmiten mi morbo por despertar, por acabar con este sufrimiento incontenible que hace que me ahogue y me detenga, y me desespere, y me roce las manos con fuerza, y me agarre las necesidades con fuerza, y me toque con fuerza, y me suicide con fuerza.

Los cuerpos son esta rabia que paraliza mi angustia, y no me detengo ni intento hacerlo, ni con mis manos, ni con mi boca, ni con mis piernas, ni con mi sudor; ni con esta enfermedad que no se borra con cortes en los brazos, ni con hundir los dedos en pieles ajenas, ni con maltratar el amor hasta dejar secas todas mis palabras.

 
Template by suckmylolly.com