Wednesday, August 1

A la luz de la noche

Matías dormía mientras Tomás lo miraba detenidamente a la luz de la luna, sabía que en cualquier momento Matías podría despertar, sin embargo esto no le molesto y agitando su respiración se acerco más a él, y a medida que lo hacía se agitaba más y más; sus pulmones se exaltaban al igual que su sexo se erectaba.

Ya nada lo detenía, ni las sombras de los árboles al moverse con el viento de la helada noche que ocurría afuera, ni el parpadeo constante de las luces en las calles, ni su conciencia que le decía que se detuviera y controlara sus ganas por amar a su mejor amigo, por acariciar sus hermosos ojos y besar sus salivosos labios.

Tomás acercó sus labios, y tomó los de Matías con ellos, los humedeció con su lengua, los acarició con su piel, los llevo a sus ojos, los miro detenidamente y los beso bruscamente, los calló, los silenció, los buscó y los encontró, los intimido y los cerro nuevamente, los abrió y los miró, los acarició con los suyos y nuevamente pasó su lengua sobre ellos, humedeciéndolos y haciéndolos brillar bajo la aún luz de la luna, la cual impactante descansaba sobre el rostro de Matías.

Al ver, Tomás, que Matías no despertaba, decidió hacer acto nuevamente y apareció con sus besos, sin embargo esta vez su corazón latía más lento, sin nervios, al igual que su respiración y su sexo y sus pulmones y su erección, todo era más lento y más callado, más silencioso y menos tímido, más audaz y más sangriento. Tomás deseaba que Matías despertara, tomara sus brazos y lo golpeara, le dijera que era un "fleto de mierda", y que lo golpeara nuevamente y Tomás lo miraría e intentaría besarlo, amarlo, acariciarlo, tocarlo, acabarlo, tomarlo. Tomás siguió besándolo.

Matías no despertaba y no lo hizo hasta que Tomás, en acto de rebeldía y destajo, tomó el miembro de Matías e hizo que la luz no se reflejara en él, que nada más que su lengua acariciara tal palpitar. Lo hacía con ganas y no dejaba de hacerlo. Matías despertó y se vio ensimismado por su amigo Tomás, y comenzó a respirar agitadamente debido al forcejeo de su amigo con su latir. No lo detuvo, no lo quiso hacer, y mientras miraba la cara de placer de su amigo más se excitaba y veía como su amistad no era más que el acto que estaba presenciando y del cual era participe sin saberlo hasta el final. Sin darse cuenta, pasó su lengua por sus labios y sintió un sabor extraño; supo que no era su saliva la cual estaba probando. Matías cerró los ojos justo cuando Tomás lo miró y sintiendo las explosiones dentro de su boca comenzó a tragar el sabroso y lechoso caer de la noche. Dejó que todo acabase, y cuando volvió a sus labios, Matías abrió los ojos y miro detenidamente a Tomás.

- Las cosas no son lo que parecen ser - dijo Tomás temblando entre sus dientes y tragándose las palabras para hacerlas verdad.

- Me gustó, al igual como tú me gustas - Matías le devolvió éstas palabras más una sonrisa.

Tomás se dejo caer sobre el pecho desnudo de Matías, y éste comenzó a acariciarle el cabello, aún con los pulmones agitados y el sexo erecto, aún sintiendo que la noche termino su luz sobre los dos y acabo por descubrirlos, que ahora son más que amigos; más que mejores amigos.

3 comentarios:

Marioneta said...

Muy lindo.
Me gusta como ocultas las cosas en un acto de pudor.

Y sí... cuando se trata de sexo, prefiero escribirlo explícito, chocante de alguna manera. Estúpido ante las ideas que se vienen a mi cabeza.
En fin... creo que ya escribí algo sobre eso.
Amo leerte y amo que me leas.

Un abrazo

Bug said...

ui lukis cukis que andas subidito de tono! =3 hahahhahahah pero me agrada. debo decir que lograste producirme cosas. pensamientos filosoficos claro.

eres metafóricamente sensorial.

SeBx. said...

uta, no me produjo otra cosa ke recordarme a gat xD

lo siento u.u

 
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