Thursday, August 16

(frio) Feriado

Te busco pegando la mirada en el cielo, entre las nubes cargadas de lluvia y humedad desteñida sobre rostros ajenos al deseo; se desangran en el género obviando la cicatriz que marcan al pisar fuerte el camino, y cuando dejo de escribir sus tragedias en el cuerpo, encuentro tu frágil mirada sobre el marcado olvido del final de un túnel.

El encuentro de la pasión marca su momento cuando el golpe de carne es equilibrado y se des-hace en el labial sobre el rostro de la seriedad social. Nos encontramos como si nadie nos estuviese declarando sobre la piel, sin embargo sabemos que todos están como cómplices del marchito augurio de una libertad que no llegará fácil. El encuentro, aún así, no cruza la frialdad de antaño.

Masticamos, mientras se recorre la ciudad por el vidrio ojeroso, los recuerdos de la perturbada sangre que nos recorre el cuerpo, y cómo llega a erectarse sobre el paraíso, que la noche nos ofrece, cada vez más lujurioso en el calor corpóreo del dolor capitalino. Digerimos las ideas obvias de nuestro paladar, entre-labiando los martirios de la violada niñez, de un socavo argumento que se suda por sobre la piel. Tragamos, mientras se oscurece la realidad, la vida que nos acerca corporalmente los secos oídos por obtener más, y agujereamos el deseo de empapar los labios con nuestras lenguas.

Acabamos nuestros cuerpos sobre el aire lechoso por contorsionar los frágiles envases, y nos distinguimos entre la turba masiva de impúberes; nos enfilamos al destino presupuestado por el deseo de bailar sobre nuestras miradas, y el de mojarnos todo por la frustrada ambición de sabernos amarrados nuevamente. Terminamos expuestos a los múltiples personajes pintados sobre la tela del Santiago urbano que se creaba en el pequeño lugar fuera de la discoteque (la que para el momento, estaba atestada de transeúntes curiosos por penetrar los cuerpos jóvenes de sus aún-no-asistentes). Tan expuestos quedamos, que la incertidumbre del escenario fotografiado sobre las calles se nos empañaba a medida que el tiempo nos pisaba el pelo y lo cortaba para dejarnos solitarios en el frio-feriado y nos aprovechamos, un momento, del aislamiento social para juntar nuestras bocas y romper el aún apetito por obtener más de la agonía constante de la espera solitaria.

Nos finalizamos sobre la oscura realidad, nuevamente, con rumbo incierto que los pies delineaban creando nuevos afanes del relamido paisaje. Nos concluimos con risas y conversaciones del mundo agónico que nos tapa con las sábanas manchadas de represión y desazones, bebiendo el futuro como si con cada sorbo se fuese a acabar el oxigeno. Y nos sellamos bajo las luces que caían constantes sobre las pozas que nuestros pies formaban, cuando no quise atraparte congelado en la verdad, porque lo hiciste antes que mis manos deliberaran el veredicto de atrapar tu mejilla y acabar salivando tu corazón; porque me sorprendiste helando tus palmas sobre mis temerosos labios para marcar así el fin del día, que termina con tu cuerpo atravesando el ventanal goteado por el fulgor del cielo al sabernos juntos, una vez más.

1 comentarios:

Frayer said...

Saluton!


Lucas...después te leo

por ahora sólo pasaba a saludarte

y a dejarte un :

NOS VEMOS!


A-dios.

 
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