Aún...

Y se esta yendo, de a poco, se va y yo veo como se aleja, como claramente se siente menos calientito aquí dentro, como calladamente me deja.

Y se esta yendo, de a poco, y yo me lleno de alegría, y de alegría porque se va, porque me deja, porque se quiebra, y a veces vuelve a recalcarme que estoy solo, nuevamente, y solo nuevamente, es algo natural.

Y yo me alegro, porque se aleja, y aunque vuelva, me alegro, porque siento. Porque aún respiro, aun sigo, aquí, junto a mí, a mi fuerza, a mis fuerzas, y camino, y puedo hacerlo y puedo hacerlo sin nadie que me diga como hacerlo, y eso me gusta.

Y ya ni sé, ni sé quién eres, ni como caminas, ni lo que haces ni lo que dejas de hacer, y eso a veces me hiere, quiero saber que caminas como yo, y si no, prefiero no saber, por eso me quiebro, porque tengo miedo, a yo haber podido ponerme de pie, y que tu, estés ahí, por que te preocupaste tanto por mi, que te dejaste de lado.

Y, en realidad, te molestaría si me preocupo, y sólo lo digo, no lo hago.



Y aquí, aún llorando un poquito, pero alegrándome, porque...

Se esta yendo, de a poco, se va, y se aleja, se me quita de encima, todo aquel dolor que alguna vez pude sentir, o que estoy aún sintiendo, se me quita, y se me evapora, se me sangra por el pelo, por los cortes, por la ropa, por el aire, por los amantes, los nuevos, los viejos, los sueños y la imaginación.

Y ya no te sueño, porque ahora te quiero, más que antes, porque ya no nos enojamos, ya no nos apestamos, ya no nos agarramos ni nos besamos, ya no nos amamos, sólo nos queremos, y lo sabemos aunque lo neguemos, sólo eso... no basta más.


Y se va, y en realidad, se va, de a poco. Son apenas dos meses, aún hay que esperar.




Aún.